Objetivo bajar de peso. pero ¿a cualquier precio? El efecto yo-yo, también denominado efecto de rebote o efecto de recuperación del peso consiste en la pérdida y recuperación sucesiva de los kilos perdidos como consecuencia de una dieta hipocalórica excesiva. Es un fenómeno que se suele producir habitualmente en las personas que de forma sistemática siguen dietas de adelgazamiento. Sin embargo y en contra de lo que pudiera parecer, no es nada saludable, ya que supone una mayor dificultad para perder peso de manera exitosa en tiempos venideros, acarreando trastornos psicológicos como sentimiento de culpa y frustración, junto con un mayor riesgo de mortalidad, según advierten varios estudios.
Un dato clarificador que arrojan las encuestas es que un elevado porcentaje de mujeres desea adelgazar, bien sea por razones estéticas o de salud, ya que más del 60% de la población en España padece sobrepeso. Sin embargo, bajar kilos demasiado rápido no es aconsejable. La ingesta diaria del número de calorías debe marcarla un endocrino en base a un estudio médico previo.
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Lo idóneo es perder entre 0,5 y 1 kilogramo a la semana. Si las pérdidas de peso son mayores, se tiende a perder masa muscular, algo que ningún tratamiento para combatir la obesidad recomienda, ya que se debe reducir la masa grasa, al mismo tiempo que se preserva el músculo, en la medida de lo posible.
Dieta sana y equilibrada
Aunque no hay consenso entre los especialistas en la materia sobre qué se considera una dieta hipocalórica equilibrada, se debería reducir entre 500 y 1.000 calorías al día, como norma general. El reparto o la distribución del peso de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono en la dieta no es distinta de la aconsejada para el resto de las personas. Es más, existen recomendaciones generales en las que gran parte de las dietas equilibradas para adelgazar tienen bastantes cosas en común:
- Realizar cinco comidas al día.
- Disminuir el tamaño de las raciones.
- Consumir lácteos bajos en grasa (productos desnatados y semidesnatados).
- Sustituir la carne grasa y los derivados cárnicos por legumbres, pescado y carnes blancas.
- Evitar en la medida de lo posible el consumo de bebidas azucaradas, dulces, bollería, galletas, snacks fritos y salados, embutidos, etc.
- Consumir media docena de raciones al día de hortalizas, verduras y frutas frescas enteras.
- Optar por las legumbres como fuente de hidratos de carbono.
Seguimiento y control del peso
El exceso de kilos requiere de una constante supervisión por parte de un especialista como un endocrino. Es conveniente realizar un seguimiento para evitar que posteriormente vuelvas a recuperar peso. Además, se deben controlar los posibles riesgos derivados de enfermedades de tipo cardiovascular.
Por otra parte, los objetivos fijados, tanto a nivel de pérdida de peso como de rutina alimentaria, deberían ser realistas y adaptarse a medida que vaya transcurriendo el tiempo. Por último, desconfía de todos esos productos y dietas milagro que dicen conseguir unos resultados increíbles en un periodo corto de tiempo.
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